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Inyección intravenosa

La inyección intravenosa (IV) puede definirse como la infusión de sustancias líquidas directamente en una vena. Las vías intravenosas permiten a los profesionales sanitarios administrar líquidos, hemoderivados y medicamentos directamente en el torrente sanguíneo del paciente a través de un pequeño tubo. Esto permite una absorción rápida y un control preciso de la dosis de la sustancia administrada, lo que es vital para diversos procedimientos médicos. Como las células madre pueden ser transportadas por el sistema circulatorio a cualquier parte del cuerpo, migrarán al lugar de la lesión o enfermedad.

Pasos de infusión:

  1. El tubo intravenoso se está colocando correctamente y dos bolsas intravenosas (solución salina y células madre) están suspendidas en un soporte elevado.
  2. Se desinfecta el punto de inyección (donde se insertará la vía intravenosa).
  3. El catéter intravenoso (los catéteres intravenosos se montan sobre la aguja utilizada para pinchar la vena) se extrae de su envoltorio estéril y a continuación se introduce la aguja en la vena.
  4. Se retira la cubierta protectora del extremo del tubo intravenoso y se introduce con cuidado en el conector del catéter. Se coloca un trozo de esparadrapo sobre el conector del catéter para fijar la vía.
  5. La enfermera controla el flujo de líquido en la vena durante todo el procedimiento, que dura entre 30 y 60 minutos. Si el paciente siente alguna molestia durante o después del procedimiento, debe informar inmediatamente al personal médico.
  6. Una vez hecha la infusión. La enfermera cierra la pinza del rodillo para detener el flujo de líquido. Coloca una gasa limpia sobre la vía y ejerce una delicada presión mientras extrae el catéter.
  7. Se pide a los pacientes que presionen con un algodón estéril el lugar de la inyección durante al menos 5 minutos.